Hemos hecho un esfuerzo por construir nuestro propio paradigma de comunicación
Su perfil de comunicador le ha permitido a Pedro Ibáñez desempeñar diversas funciones, como estar al frente de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), pero su compromiso con la Patria y la Revolución no se centra solo en el hecho informativo, pues es un apasionado de la lectura, la escritura y el dibujo, quehacer que mantiene como algo más íntimo.
En vista de que en Venezuela se desarrolló el I Congreso Internacional de Comunicación, Ibáñez, no tardó en mencionar que “como periodistas tenemos la labor de transmitir, desde el punto de vista más oportuno y veraz, la información en beneficio del pueblo, de la sociedad, de la colectividad. No para generar zozobra sino para plantear soluciones y mostrar la realidad o el enfoque más cercano a lo esencial de nuestras luchas”.
-¿Considera que nuestro periodismo lucha por parecerse más al país que somos: “una Venezuela llena de paz” o estamos lejos de lograrlo?
-Estamos en una etapa de polarización fuerte que tiene sus orígenes desde la aparición de la Revolución Bolivariana. Esta nos lleva a que los medios sean un espejo del debate y del discurso político. Tenemos una estructura de medios tradicionales, de capital privado, que defienden un modelo neoliberal, conservador, defienden una manera de hacer periodismo. Incluso con el tema de los medios digitales se ha llegado al extremo de presentar una oferta informativa que raya en lo escandaloso, en el sensacionalismo, sobre todo en el uso de las redes sociales y de los recursos de estas para tener más lectores, más seguidores.
En función de eso, la Revolución viene construyendo un periodismo comprometido con la causa de los pueblos. Todavía estamos en un ecosistema donde prevalece la mirada conservadora y neoliberal, pero hemos hecho un esfuerzo importante por promover a los medios alternativos y comunitarios, los colectivos de comunicación. Hemos hecho un esfuerzo por construir nuestros propios paradigmas de manera que vayamos como decía Chávez: a las catacumbas con el pueblo, desde el periodismo.
De frente al adversario
-¿El proceso es a corto o a largo plazo?
-A largo y es bueno asumirlo así, porque eso indica que no estamos fantaseando sino basándonos en hechos concretos. El camino es largo porque sabemos el tamaño del adversario. Es más, una vez que las victorias se concretan vienen los procesos de resistencia, porque buscan revertir lo que has logrado. Desde el punto de vista de la comunicación estamos todavía entrampados en la discusión, que lleva ya 70, 80 años, de la teoría de la comunicación de masas, de la escuela alemana, norteamericana, francesa. Latinoamérica está en el momento de construir su propio paradigma, ya hemos superado la mirada tecnicista y cibernética de la comunicación, hemos llegado a su esencia humana. La comunicación es el recurso que tienen los pueblos para satisfacer sus necesidades. Nuestra lucha es en ese sentido.
– Hay periodistas y medios de comunicación que, haciendo uso de las redes digitales, faltan al código de ética. ¿Esto se debe a la premura de la información o es parte de la guerra mediática?
-Una polarización mal manejada te puede llevar a la disociación. Entonces, ahí se cruzan dos elementos que hay que valorar. El periodismo audiovisual, de mediados de los 80 para acá, llevó a que el protagonista de la noticia sea el periodista y ese fenómeno ha ido permeando, por eso existen grandes firmas, surge la figura del periodista más allá de la noticia que él pueda transmitir. Si este se vuelve reaccionario y además se cree la estrella, por supuesto, que va a cometer prácticas contrarias a la ética periodística.
El periodismo que nos llama no es mercantilista. Como periodista me debo a un ejercicio ético, por tanto no debería caer en prácticas personalistas, disociadas, que vayan en contra del código de ética, pero eso ya queda en cada quien. Creo que uno es responsable de lo que dice, cualquier error que cometas puede incidir en tu profesionalismo. No cuestionamos el derecho que tiene cada quien a expresar lo que quiere.
Romper el cerco mediático
-Se realizó en el país el I Congreso Internacional de Comunicación ¿cómo califica este encuentro que reunió al gremio para debatir acerca de lo que acontece en el mundo? Hoy vemos a una Latinoamérica muy convulsiva ¿Cuál es su apreciación?
-Fue un encuentro oportuno para poner en la mesa temas que nos llaman. Analizamos la situación de Chile, desde el punto de vista mediático siempre nos vendieron que era un modelo a seguir en Latinoamérica y hoy nos damos cuenta que es completamente falso. Está el caso de Bolivia, como ese pueblo está resistiendo y cómo hacemos para romper el cerco mediático. También tenemos a Colombia y a Brasil.
Otros temas que nos llaman: las fake news, la traslación del discurso, porque no es nada más desmontar la noticia sino analizarla a fondo. Este encuentro es relevante, porque Venezuela goza de libertad de información y de expresión. Que vengan colegas del mundo entero a nuestro país es necesario para que lleven la verdad y expliquen que aquí, en Venezuela, no hay dictadura ni censura.
«La Revolución viene construyendo un periodismo más comprometido con la causa de los pueblos»
-¿Por qué es importante apostar a la verdad? ¿Cómo pueden las personas identificar una noticia falsa de una verdadera?
-Hemos aprendido que el conocimiento es libre, que no es unicamente para entendidos. Eso nos lleva a pensar que la tarea que tenemos es enseñar la pedagogía de los medios. Es decir, enseñarle al pueblo, al público lector, a las audiencias, a los usuarios, a entender los medios, a leer las noticias y que aprendan a identificar cuándo es entretenimiento, noticia o publicidad, de modo que tengan recursos, en su conocimiento, que impidan que puedan ser engañados. Es una tarea que debemos asumir los comunicadores comprometidos.
-¿Le aportan las redes digitales una dinámica desafiante al periodismo tradicional?
-Sí, uno de los desafíos es cómo compite un medio tradicional autorizado, validado, verificado, desde el punto de vista de su tradición periodística, con un grupo de robot o guerrilla de usuarios que promueven información. En el caso de Venezuela, cómo compiten los medios del Estado en contra de las campañas que son promovidas por redes sociales. Entonces, estás enfrentando a un medio tradicional, con un ejercicio del periodismo que tiene todo un componente ético, a toda una articulación en las redes que lo que busca es promover zozobra. El tema es hacerle entender a los usuarios que no todo lo que está allí es cierto.
-Estamos presentando inconvenientes para comunicarnos por llamadas y mensajes de textos e Internet está cada vez más lento. ¿Cómo impacta el bloqueo en el acceso a nuevas y mejores tecnologías que nos permitan una comunicación fluida? ¿Cuál es el reto?
-Los medios de comunicación son una industria y como tal requieren recursos, sean monetarios o técnicos, sobre todo porque el desarrollo tecnológico es muy rápido, es decir, tu puedes tener algo de última generación y dentro de un año ya es obsoleto. Yo siempre procuro ver el vaso medio lleno y no medio vacío. Como resultado del bloqueo, por supuesto, tardas más en actualizar, en adquirir recursos porque casi siempre los proveedores son de los mismos centros de dominación: Europa y Estados Unidos. Además hay un sabotaje desde el punto de vista intencional de afectación en las redes telefónicas, en las redes de transmisión radioeléctrica. ¿Qué estamos aprendiendo nosotros ahora? A hacer comunicación bajo asedio. ¿Qué implica esto? Asumir todos los recursos posibles de la comunicación. Te decía anteriormente que la comunicación es una necesidad de los pueblos. La comunicación empezó en la pintura rupestre, cuando pintaban los bisontes. No había Twitter, Facebook, nada de eso. Nosotros hemos rescatado maneras colectivas de comunicarnos, desde la radio hasta el boca en boca que funciona en medio de un apagón. Voy mucho más atrás, el 13 de abril de 2002 cuando las televisoras pasaban dibujos animados, el pueblo se movilizó a Fuerte Tiuna y a Miraflores por los mensajes de textos. Es decir, hay miles de maneras versátiles de comunicarnos y en ese contexto nosotros estamos aprendiendo. Mas adelante cuando superemos desde el punto de vista económico y político el bloqueo, tocará replantearse qué actualizar y qué debe permanecer igual. Lo cierto es que no hemos sido bloqueado completamente como han querido.
Michell Valdez Bermúdez / Caracas
Fotos Cortesía: AVN / Pedro Ibáñez
Crónica periodística
Pedro Ibáñez presentó en la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2019) su libro titulado Cipriano Castro Antiimperialista. En conversación con Todasadentro, explicó qué lo llevó a volcar su mirada hacia Castro. No sin antes mencionar que esta es la segunda publicación que tiene con la editorial El Perro y la Rana. “Ya había publicado antes, en 2007, el libro Anécdotas de lista y parte, son cuentos de adolescentes, pero en un contexto muy particular. Luego con la misma editorial se acordó, para este año, la publicación de Cipriano Castro Antiimperialista, que es una propuesta dirigida a los adolescentes y jóvenes, con el fin de narrarles una etapa de nuestra historia reciente: el bloqueo, el bloqueo a las costas venezolanas”.
-¿Cuándo surge la idea de hacer el libro?
-Fue concebido hace 11 años por Carlos Galindo “Sancho” (caricaturista), Iván Padilla Bravo (periodista) y yo. Hicimos un equipo para promover eso. En aquella oportunidad se cumplían 100 años del golpe de Estado que le da Juan Vicente Gómez a Cipriano Castro (1908). Entonces, decidimos trabajar sobre un episodio donde se hablara de la figura soberana y antiimperialista de Castro. Este libro es de 16 páginas y tiene ilustraciones hechas por Sancho. Yo redacte el texto en función de mostrar esa etapa de la historia, allí narro los elementos que incidieron en el bloqueo: La injerencia extranjera, la Doctrina Monroe, el Imperialismo, el asedio, muchas de las cosas que hoy vivimos, el bloqueo a las costas venezolanas, un intento de invasión y cómo el pueblo voluntariamente se alistó para enfrentar una eventual guerra de ocupación, todo a través de una proclama del presidente Castro, donde denuncia las pretensiones extranjeras y el pueblo se suma hacer frente a la invasión que era inminente. Ahí también aparece la guerra mediática. Todo eso está vivo hoy, solo que han sofisticado la forma. Entonces, el libro te plantea que se trata de una amenaza que está ahí y que hay una posición soberana de Venezuela ante eso. Ya vamos para 120 años de ese incidente, pero los actores están ahí.
-¿Cómo surgió su interés por el dibujo?¿Qué significado tiene para usted la figura de Sancho?
-Es una afición. Suele ser algo muy intimo. Hasta ahora no lo he proyectado para publicación o un tipo de trabajo puntual, debería hacerlo, es una deuda que tengo conmigo. Soy un consumidor de historietas, sobre todo el comics educativo. Mi amistad con Sancho viene desde la época en que empecé a estudiar Dibujo Artístico y Caricatura. Surgió la amistad porque valoro mucho esa voluntad de Sancho para que muchos aprendamos. Además la historia del periodismo gráfico es importante en este país, Creo que debemos promoverlo más, porque me parece que la derecha se apropió de ese recurso. Considero que es urgente que hagamos un humorismo gráfico, un periodismo gráfico que ayude también a divulgar nuestras ideas. Es una tarea que tenemos que hacer. Lo importante es entender que a través de la imagen, el dibujo, además que es pedagógico, terapéutico, tú puedas expresarte pero también se pueden transmitir buenas ideas. El mundo empezó a conocer de la historia a través del dibujo.
-¿Bajo qué formato se publicó?
-Están las dos versiones: el libro electrónico (que se encuentra en la página web de El Perro y la Rana) y el impreso (físico) que será distribuido en las Librerías del Sur y ferias del libro.
-¿Pertenece a un género literario o más bien periodístico?
-Es una crónica periodística.
-¿Tiene pensado seguir escribiendo?
-Sí, no hay que dejar de escribir. Tengo muchos proyectos, pero te puedo mencionar dos. He venido trabajando en una novela inspirada en la década del 90, en la situación social de esa época, con una trama un poco dramática, en el buen sentido de la palabra. Es una novela de formación, en donde un personaje atraviesa una serie de situaciones pero subyace, de tras de todo eso que el vive, la situación social y política de entonces. Ese proyecto está ahí y he tenido que pararlo por otras prioridades, pero ahí está. El otro proyecto es una biografia que quisiera trabajar.
-Finalmente, ¿cuál es su mensaje para quienes no han dejado de ejercer con dignidad el oficio de comunicador?
–El ejercicio del periodismo algo de romanticismo tiene y creo que no hay que perderlo. No perderlo es explorar y seguir creciendo hacia adentro en el periodismo. Leer mucho, practicar los distintos géneros, no es nada más un una nota de prensa sino aprender de lo rico que es el periodismo. Este hay que rescatarlo, porque el desarrollo técnico ha hecho creer a muchos que el periodismo es algo ortodoxo o pasado de moda, que la comunicación apunta hacia otro lado y no es así. El periodismo hay que preservarlo, hoy es cuando más lo necesitamos porque requiere mucho de la interpretación, del análisis para poder enfrentar el mundo que nos viene.