Rojas Olaya explicó que el libro estará compuesto por cinco tomos, cada uno con textos de diferentes autores
En la recién finalizada decimoquinta edición de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2019), que se celebró en el Casco Histórico de Caracas, tuvo lugar el bautizo del libro Entre la independencia y la libertad, texto que recoge una serie de artículos escritos por intelectuales, profesores universitarios e historiadores y que está dedicado a Simón Rodríguez.
Editado por la Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas (Unexca), bajo la editorial Crisol (Centro Rodrigueano de Investigación Social para la Latinoamericanidad), solo está disponible, por los momentos, en formato digital.
Este primer volumen, de cinco que están planificados, cuenta con trabajos de Alí Ramón Rojas Olaya, rector de esta casa de estudios, José Gregorio Linares, Elizabeth Leal, Iluska Salazar, Isabel Fagúndez, Omar Hurtado Rayugsen, Alexander Torres Iriarte, Aquiles Silva y Thaís Marrero, quien falleciera el 30 de diciembre de 2017 y a quien está dedicado esta edición. También colaboraron los escritores argentinos Carla Wainsztok y Maximiliano Durán, y la mexicana María del Rayo Jiménez.
La presentación del mismo estuvo a cargo de Rojas Olaya, quien explicó que este ejemplar es un trabajo colectivo y no academicista, en el que se busca reflejar la obra y el pensamiento del Maestro del Libertador Simón Bolívar.
“Aquí leerán la forma en la que 12 personas sienten a Simón Rodríguez”, explicó.

La velada estuvo amenizada por la Red Bolivariana de Coros Hugo Chávez, de la que él forma parte, y que presentó a la audiencia varias piezas de su repertorio entre ellas una dedicada al propio Rodríguez.
“Hoy es un día muy significativo, de emociones encontradas”, expresó para señalar su alegría por la presentación del libro y su pesar por algunos acontecimientos que se generan en nuestro continente.
«La libertad total se va a lograr cuando no haya potencia alguna, como Estados Unidos, que coloque sus manos en nuestra Patria»
Alí Ramón Rojas Olaya
“Ayer nos enteramos de la liberación de Lula y hoy debemos darle nuestro apoyo y respaldo al presidente de Bolivia, Evo Morales”, refirió, al tiempo que recordó que esta fue precisamente una de las naciones donde Rodríguez desempeñó su labor, no solo como pedagogo, sino que en 1825 desempeñó los cargos de director de la Educación Pública, Ciencias, Artes Físicas y Matemáticas y director de Minas, Agricultura y Vías Públicas.
Apuntó que la guerra mediática de la que es víctima el país en la actualidad, así como los Gobiernos de izquierda del continente, es muy similar a la que tuvo que enfrentar el Libertador en su momento.
“En 1828 Rodríguez escribió La defensa de Bolívar y lo hizo porque la campaña mediática contra éste era muy fuerte. Los banqueros escondieron la moneda, los bodegueros la comida… ¿Les suena conocido ese escenario?”, señaló.

Independencia sin libertad
En entrevista con Todasadentro, Rojas Olaya, quien por varios años fue columnista de este semanario, explicó la importancia y la vigencia de este texto que reivindica el pensamiento y el accionar de quien también fue conocido como Samuel Robinson.
-¿Por qué el nombre del libro?
-Surge por unas palabras que dice el propio Simón Rodríguez en el libro La defensa de Bolívar, que fue escrito en Bolivia en 1828 y publicado en Arequipa en 1830 y dice lo siguiente: “Entre la independencia y la libertad hay un espacio inmenso que solo con arte se puede recorrer”. Lo que estamos haciendo en ese momento con este volumen, es recorriendo ese espacio inmenso con una docena de trabajos que fueron escritos por seis mujeres y seis hombres, nueve venezolanos, dos argentinos y una mexicana. Este es un gran proyecto y queremos bautizar el segundo volumen el 28 de febrero de 2020, día en que se cumplen 165 años del fallecimiento de Rodríguez.
Creo que este es un libro que va a aportar mucho al conocimiento de su obra y pensamiento.
«Entre la independencia y la libertad hay un espacio inmenso que solo con arte se puede recorrer»
Simón Rodríguez
Este texto está dedicado a la profesora Thais Marrero, quien nos abandonó físicamente en 2017. Ella nos legó un trabajo sobre la pedagogía cimarrona, en el que hace un análisis del tipo de educación que existía en esa época y lo que propuso Rodríguez: una pedagogía civilizatoria distinta a la que está instaurada en el Estado liberal burgués.
Él fue uno de los hombres que más luces dio sobre el Estado comunal, sobre la confederación de toparquías como él lo llamaba. Este libro puede ser muy significativo para entender a Rodríguez.
Destacó Rojas Olaya que ya se está trabajando en los futuros volúmenes de esta obra, en los que se podrán leer textos de distintos autores. “Ya tenemos artículos de compañeros de Haití, Bolivia y Uruguay. Estamos en el proceso de análisis y revisión de los trabajos”, agregó.
En este sentido precisó que la recopilación de los mismos está a su cargo y es acompañado por Alexandra Mulino y José Gregorio Linares. “Es un trabajo arduo, desarrollado a varias manos y que va a tener frutos importantes”.
-¿No es contradictorio el título?, ¿no se supone que dónde hay independencia, hay libertad?
-Para Rodríguez nosotros logramos la independencia el 9 de diciembre de 1824 cuando el Ejército Libertador derrotó en la Batalla de Ayacucho al Virrey José de la Serna. Pero él nos dijo algo interesante: Logramos la independencia, pero aún no somos libres. Aún la cultura sigue siendo la contracultura enajenante, todavía estamos en el colonialismo, en la modernidad, es decir no somos libres todavía.
-¿Hoy, en pleno siglo 21, aún no somos libres?
–Creo que aún no hemos alcanzado la libertad absoluta, nos quedamos solo en la independencia. La libertad total se va a lograr cuando no haya potencia alguna, como Estados Unidos, que coloque sus manos en nuestra Patria. Lo que está pasando en estos momentos en Bolivia, con el golpe de Estado a Evo Morales, es un ejemplo de ello. Las rebeliones que se están dando en Chile, Perú, Ecuador, Haití, Panamá, Honduras, el triunfo de los Fernández en Argentina, la libertad de Lula, indica en qué anda este continente que aún tiene sus venas abiertas.
-¿Qué falta para obtener la independencia absoluta de Venezuela y del resto de los países del continente?
–Cuando cada republicana y republicano, cuando cada hombre y mujer pueda amasar un pan del tamaño de su hambre, y eso no lo hemos logrado todavía, seguimos dependiendo de los puertos. Lo seremos cuando seamos capaces de producir alimento, ciencia y dignidad. Debemos ir hacia allá.
«En 1828 Rodríguez escribió La defensa de Bolívar y lo hizo porque la campaña mediática contra éste era muy fuerte. Los banqueros escondieron la moneda, los bodegueros la comida… ¿Les suena conocido ese escenario?»
-Se desarrolló en Bolivia un golpe de Estado y se han visto escenas terribles de racismo…
-De racismo, de humillación contra los indígenas y las mujeres sobre todo. Hay un odio que no permite que la cultura sea la ancestralidad, los poderes creadores del pueblo, hay un epistemicidio en este momento. Con ellas ocurre lo mismo que pasó en 1492 en las cacerías de brujas en Europa y en Bahía Portete (Colombia) en 2004. Las mujeres no son solamente un sexo, son bibliotecas ambulantes que guardan conocimientos orales de sus abuelas, de sus tatarabuelas.
-¿Hacen falta más Simón Rodríguez en el continente?
-Sí, hacen falta muchos Simón Rodríguez, hace falta que los profesores formen corazones para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Hace falta que se entienda que la educación y la acción pedagógica tienen que girar en un triángulo: aula, taller y siembra, es decir educación popular, destinación a ejercicios útiles y aspiración fundada en la propiedad, porque históricamente esta ha sido de la oligarquía y Simón Rodríguez dice que los pobres deben tener aspiración fundada en la propiedad.
-¿Cómo se logra eso?
-Primero que el poder esté en el pueblo y eso se logra con el poder constituyente asumido desde las bases. La Revolución logró algo importante y es que el pueblo esté alfabetizado. Se creó la Misión Robinson para que la gente pudiera aprender a leer y escribir, luego la Misión Robinson 2 para que terminaran la primaria, luego la Ribas porque querían ser bachilleres, después vino la Sucre porque querían ser licenciados y finalmente las misiones Alma Mater y Ciencia porque querían seguir estudiando.
Rosa Ángela Latorraca / Caracas
Fotos: R.A.L / Cortesía: Unexca
