Para Eder Puerta Aponte el diálogo y los acuerdos que hoy se hacen visibles son el resultado de largas reuniones desarrolladas en paralelo a las de Barbados
A finales de los años 70 del pasado siglo, la militancia de los movimientos revolucionarios que libraba batallas en el campo político, pero también militar, desde la insurgencia guerrillera rural y urbana, era perseguida para su exterminio. Una especie de pequeño TIAR -como el que ahora quiere desempolvar 72 años después el imperio yanqui desde la Casa Blanca y alguno de sus insulsos pero tenebrosos organismos como la OEA- de perfil igualmente anticomunista estallaba como tormenta en un vaso de agua para hacer desaparecer las pocas organizaciones clandestinas que subsistían para entonces.
Una de esas organizaciones era Bandera Roja, descendiente directa del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), la cual se conformó como frente guerrillero a comienzos de los años 70, con figuras como Américo Silva, Tito González Heredia, Gabriel Puerta y Carlos Betancourt, entre otros. A esta organización guerillera pertenecen, desde sus inicios, Pedro Véliz Acuña y Eder Puerta Aponte. En nombre de Bandera Roja, Véliz Acuña acaba de firmar, de manera pública y notoria, el Acuerdo de Paz, Entendimiento y Conciliación Nacional que varias organizaciones de la oposición democrática venezolana, suscriben junto al Gobierno de la República Bolivariana, por convocatoria de este último.
La mesa de diálogo, entendimiento y conciliación se reunió en la sede de la Cancillería venezolana -ubicada en La Casa Amarilla, esquina de Principal, al noroeste de la plaza Bolívar en Caracas en presencia del Cuerpo Diplomático acreditado en el país. De allí saldrían a la luz siete preacuerdos con unidad de criterios, entre los que resaltaban dos considerados de honor por razones auténticamente patrióticas: la reafirmación de soberanía sobre el territorio Esequibo y la condena a todo tipo de intervención foránea en los asuntos de nuestro país.
La noche del 16 de septiembre, este año, se revestía de un brillo esperanzador muy especial, justo cuando una guerra multifactorial, ordenada y ejecutada desde el Departamento de Estado norteamericano, se arrecia contra el pueblo venezolano y amenaza con invadir hasta militarmente nuestro territorio y espacios de conciencia. La firma de preacuerdos y el inicio de un conjunto de reuniones para continuar construyendo y definiendo caminos para la paz y la conciliación, en función de los intereses patrios, muestran “una luz al final del túnel”.
Con Véliz Acuña y Puerta Aponte nos reunimos dos días después, la tarde del miércoles 18 de septiembre en el estudio de transmisión de Alba Ciudad 96.3 FM, la emisora del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, en el programa Dos dedos de frente. La Dimensión Latina es la orquesta invitada para musicalizar el espacio programado dos veces por semana para tratar temas noticiosos de interés nacional e internacional.
Ante los micrófonos de Alba Ciudad y durante la transmisión del programa de opinión Dos Dedos de Frente, Eder Puerta dijo que “quizás muchos venezolanos se sorprendieron de estos acuerdos, pero este es un proceso que viene dándose desde hace mucho tiempo. Cuatro partidos empezaron esas negociaciones de este sector de la oposición que no es el G-4 sino este sector pacífico y democrático que busca una salida que incluya lo electoral para la solución de la crisis y de los problemas fundamentales del país”. Indica Puerta Aponte que estas conversaciones se han venido dando en paralelo a las que se celebraban en Barbados y “en la que los factores radicales de la oposición hacían imposible llegar a acuerdos, a menos de que existiera un Gobierno derrotado y rendido, pero no es el caso”.
Eder Puerta califica al TIAR de “organismo anacrónico que quizás tuvo su gran oportunidad de lucirse cuando el imperio británico agredió militarmente a Argentina para arrebatarle las islas de Las Malvinas, pero EEUU se negó a aplicar el mentado tratado”. Dice el actual secretario general de BR que el TIAR es un tratado que “el sector radical y guerrerista de la oposición venezolana ha celebrado cuando el imperialismo ha decidido desempolvarlo. Así que “si los norteamericanos invaden o no invaden a Venezuela, no es por el TIAR, es una decisión que con o sin ese tratado parecen estar dispuestos a tomar”, señala Puerta. Por su parte, Véliz Acuña celebró públicamente la libertad de Edgar Zambrano, entre los primeros presos políticos que se espera sean beneficiados en sus causas, con la debida consideración de la Comisión de la Verdad y de los organismos jurisdiccionales competentes. También nombró entre los preacuerdos que se perfilan como de gran aceptación del colectivo en diálogo, el que las y los diputados pertenecientes al PSUV o al Polo Patriótico, se incorporen de inmediato a la Asamblea Nacional y que se respete la integridad territorial con la defensa del Esequibo y la condena al bloqueo económico que el imperialismo ejecuta hoy contra Venezuela.
Durante su intervención en el programa Dos dedos de frente, por Alba Ciudad, Puerta Aponte detalló la salida en desbandada de un sector de la oposición en las reuniones de diálogo celebradas en República Dominicana, “porque tenían el Plan B, en el que ese sector extremista y violento, guerrerista, había convencido a los militares estadounidenses de que tenían convencidas a fuerzas del alto mando oficial para la realización exitosa de un golpe de Estado” contra el Gobierno que preside constitucionalmente Nicolás Maduro. “Por eso hemos estado, desde enero y hasta la fecha, con una oposición radical, de fracaso en fracaso. Fracasaron en febrero, fracasaron con la ayuda humanitaria, con el golpe con la comiquita esa desde el elevado de Altamira”.
En su explicación acerca del resultado exitoso de las negociaciones actuales y preacuerdos establecidos, el dirigente de BR puntualizó que, “incluso, nosotros que medio conocemos de la guerra, que la hemos practicado y estudiado, nunca nos adherimos ni buscamos fórmulas de adhesión sino de cómo convencíamos a los protagonistas de esos hechos, de que ese no era el camino”.
Pedro Véliz, firmante del Acuerdo de Paz, Entendimiento y Convivencia, junto al Gobierno Nacional, puntualizó que los factores de oposición que allí participan, se han reunido y decidido apoyar unitariamente los acuerdos en favor de la tranquilidad: “Necesitamos unificar realmente al país. No habrá cambios si las partes no unificamos criterios”, concluyó.
Iván Padilla Bravo / Caracas
Fotos: I.P.B.
Pedro Celestino Véliz Acuña llegó preso al cuartel San Carlos el año 1979. El comandante y jefe de la prisión militar, para entonces, pidió una reunión con el Comité de Presos Políticos Revolucionarios, una instancia de enlace para discutir los problemas de la convivencia obligada de presos políticos y carceleros militares. Veliz Acuña llegó a la prisión, trasladado desde un centro de tortura donde conoció el terror y el dolor de las torturas. Para aquel entonces, quien era el jefe militar e integrante de la dirección de Bandera Roja era buscado vivo o muerto por los órganos represivos del Estado burgués. El Comité de revolucionarios presos exigió una evaluación forense, previa a la incorporación del compañero Pedro Véliz en el colectivo político de revolucionarios presos.
Toda la dirección nacional de Bandera Roja fue hecha prisionera el año 1982, entre otros los hermanos Puerta Aponte, Gabriel y Eder. Todos fueron trasladados a la prisión militar del Cuartel San Carlos en la ciudad de Caracas. Ese mismo año ocurrió la masacre de Cantaura, el 4 de octubre, donde fueron asesinados 23 revolucionarios y revolucionarias pertenecientes a esa organización.