El guionista de una producción cinematográfica infunde con su palabra el alma de lo que luego vemos en pantalla como una totalidad. Los personajes en movimiento, que encontramos en el producto fílmico o digitalizado, son siempre reales. Pertenecen a un mundo muy particular que se asienta sobre hechos históricos o de ficción y a los que el escritor da una forma genuina, nueva, que nos hace sentir que lo vivimos, que así es. Por eso, mirarnos en Carabobo caminos de libertad es una manera de encontrarnos bicentenariamente presentes en un ahora de independencia definitiva.
Carlos Tabares es él y un equipo, integrado también por Nayaurí Jiménez, los hermanos José Antonio y José Luis Varela y el propio Luis Alberto Lamata, quien dirige esta obra celebratoria del Bicentenario de nuestra Batalla de Carabobo.
Con Tabares nos propusimos establecer este Diálogo para hacerlo público Todasadentro y conocer un poco más de Carabobo caminos de Libertad. Él es un escritor, intelectual y docente que destaca como guionista en películas como Corpus Christhi y los largometrajes recientes, Hijos de la sal (2018) y Tango Bar (2021).
-Carlos, Pedro Camejo parece un personaje de ficción en medio de una realidad dramática como lo es la guerra. ¿Tú crees que el Negro Primero existió de verdad o eres tú quien lo crea en un guión para Carabobo caminos de libertad?
-Pedro Camejo, apodado “Negro Primero” es, sin ninguna duda, un personaje histórico; un auténtico héroe venezolano; y fue también un hombre de carne y hueso, como cualquiera de nosotros, con virtudes y defectos. Existió en realidad, sí, y reales son las hazañas que de él se cuentan en los libros de Historia y en nuestra miniserie Carabobo, caminos de libertad.
Lo que pasa con Negro Primero es que no abundan las fuentes históricas para su estudio. Mucho de lo que se sabe sobre Negro Primero viene de la Autobiografía del general Páez, que le dedicó no pocas páginas, siempre elogiando su arrojo y su humor ocurrente y dicharachero. Y como, ciertamente, tuvo una vida corta y muy intensa (Negro Primero murió en Carabobo a los 31 años de edad), destacándose en las batallas en las que participó (como en Las Queseras del Medio, por ejemplo), resulta un personaje muy propicio para la exaltación romántica, propia de los relatos históricos del siglo XIX y principios del XX.
Todos en Venezuela hemos leído o escuchado aquella célebre frase: “Vengo a decirle adiós, porque estoy muerto”, que Eduardo Blanco le atribuye a Negro Primero en Venezuela heroica. Lo curioso es que ninguna otra fuente histórica corrobora ese relato y ni siquiera Páez hace mención alguna del episodio en su autobiografía. De haber ocurrido en realidad, Páez lo habría narrado, pero no lo hace. Es muy probable, entonces, que la famosa frase haya sido una licencia poética que Eduardo Blanco se permitió añadir, exaltando a Negro Primero y rodeándolo de un aura mítica. Nosotros, sin embargo, hemos recogido el episodio y conservamos la frase durante la muerte de Negro Primero porque, más allá de su exactitud histórica, creemos que pertenece ya al imaginario del venezolano sobre Negro Primero y porque, en términos dramáticos, no puede pedirse una línea de mayor clímax para la trama.
El Negro Primero que verán en Carabobo, caminos de libertad está basado en el personaje real y en investigaciones históricas rigurosas, sí, pero también contiene elementos ficcionales que se añaden, en estos casos, para urdir la trama dramática. En cualquier caso, les garantizamos que el Negro Primero que presentamos en la miniserie es un personaje del que todos los venezolanos vamos a sentirnos orgullosos.
-A ese negro valiente y Guerrero,el presidente Chávez lo describió una vez como un soldado que, en el campo de Carabobo, «llevaba su lanza en la boca». ¿Usted qué opina de esa caracterización? ¿Sería así de fuerte y aguerrido el Pedro Camejo que peleó en Carabobo?
–El apodo de “Negro Primero” le viene a Camejo de sus propios compañeros de armas. Recibió ese título por ser siempre el primero, el más arrojado, el más valiente en el combate. Todos los relatos sobre Negro Primero, los testimonios que se tienen de sus actuaciones en batalla, lo perfilan como un guerrero sin par. “Hombre de gran valor y muy buena lanza” lo llama Páez en su Autobiografía y se regocija de haberlo tenido a su lado en batalla. Pero es, justamente, esa cualidad suya de hombre de vanguardia la que lo destina a la muerte en Carabobo. Negro Primero se lanza con el batallón Bravos de Apure a la tarea titánica de tomar la Pica de La Mona y allí muere, en los primeros tiros de la batalla.
-¿Es el cine una manera genuina de contar nuestra historia? ¿Qué le estás contando a las generaciones de hoy de la epopeya Carabobo?
–El audiovisual en cualquiera de sus formas (sea en una sala de cine, por televisión o en contenidos multimedia) es un medio perfecto para contar nuestra historia y difundirla entre las nuevas generaciones. El crecimiento de las plataformas streaming, como Netflix, Amazon o Disney, demuestra que las audiencias en todo el mundo demandan nuevas épicas. No en vano hemos visto un resurgimiento del cine histórico y del género épico en la televisión. Muchas de las series de mayor éxito en las plataformas hoy día son de estos géneros: histórico y épico.
Con esto en mente, no creo que exista una mejor manera de narrar los hechos de nuestra historia que a través del formato seriado. Es perfecto, porque combina las nuevas tendencias del audiovisual con algo que los venezolanos llevamos en la sangre: el relato episódico. Los venezolanos somos hijos de la telenovela. (José Ignacio) Cabrujas decía, no sin razón, que Latinoamérica inventó la telenovela. Esa estrategia de narrar a plazos, de crear la intriga en cada entrega, de dejar en suspenso a la audiencia hasta el próximo capítulo es perfecta para estructurar y narrar los acontecimientos que conforman la Historia de Venezuela.
Carabobo, caminos de libertad apuesta por esa estrategia, entendiendo, además, que la lucha no terminó en Carabobo en 1821. Hoy, 200 años después de la Batalla de Carabobo, ¿no seguimos, acaso, los venezolanos afrontando los mismos retos? Conocer los obstáculos que enfrentaron los venezolanos en 1821 y comprobar que la unión fue la clave para superarlos es, con toda seguridad, el mayor valor que nuestra serie puede ofrecer.
–¿El Negro Primero bailaba tambor? ¿Rendía culto a San Juan y lo festejaba?
–Pedro Camejo fue un negro esclavizado, nacido en San Juan de Payara y criado en los llanos apureños, con toda la impronta cultural que eso conlleva. En su ser se combinan los rasgos del negro y las costumbres del llanero. Se sabe, por anécdotas recogidas, que era un hombre muy popular entre la tropa, que gustaba del baile y del canto y que la chispa de su ingenio divertía desde un soldado hasta Bolívar. Era creyente y supersticioso, como puede suponerse. Y aunque en batalla demostró muchas veces que no tenía miedo a morir, hay constancia de que le temía a los cementerios.
–¿Es la victoria de Carabobo, hace 200 años, una victoria liberadora de los esclavizados negros provenientes de África?
–En mi opinión, la victoria en Carabobo, el 24 de junio de 1821, es un triunfo que supera toda categorización. La victoria se da en Carabobo, precisamente, porque Bolívar consigue el concurso de muy diversas fuerzas sociales. Carabobo es un crisol en el que confluyen distintos estratos sociales, americanos y europeos, en función de un objetivo independentista. Une a una figura como Páez (llanero nacido en la pobreza), a Negro Primero (negro esclavizado), a Thomas Ferriar (británico, militar de carrera), a andinos, llaneros, orientales, pardos, mulatos y criollos, todos bajo el mando de un mantuano caraqueño, Simón Bolívar. Es una lección magistral de lo que una sociedad debe hacer para alcanzar su independencia: unirse en función del objetivo, al margen de cualquier diferencia social.
En cualquier caso, no creo que pueda hablarse de Carabobo como victoria liberadora de los negros esclavizados, pues, la abolición de la esclavitud en Venezuela no ha de concretarse sino hasta 1854.
-¿Es usted un guionista devenido en historiador o un historiador devenido en guionista?
–Como guionista soy un narrador de historias. El nuestro es el viejo oficio de echar cuentos. Mi formación académica es en las artes audiovisuales, pero tengo un profundo respeto por la disciplina histórica. Cuando investigamos para desarrollar un personaje o una trama histórica nos valemos de las herramientas del historiador y consultamos con los expertos en cada caso.
Pero, aunque haya distancia entre la Historia (con mayúscula de disciplina histórica) y la historia (con la minúscula de la narración de hechos ficticios) no siempre la línea entre una y otra es clara. A los contadores de historias, como ocurre con nosotros los guionistas, nos toca muchas veces llenar con ficción los vacíos que los historiadores no han podido llenar con los hechos históricos. Y tengo la firme sospecha de que los historiadores, a su manera, también lo hacen.
-¿Está satisfecho con la totalidad del producto cinematográfico llamado Carabobo caminos de libertad?
–Carabobo, caminos de libertad ha sido una oportunidad extraordinaria para revitalizar, a un mismo tiempo, los relatos de nuestra gesta heroica y el medio audiovisual venezolano, tan deprimido en los últimos tiempos. Detrás de la realización de esta miniserie está una auténtica tropa de profesionales del cine y la televisión. Ya sea en Producción, Dirección, Arte, Fotografía, Sonido, Vestuario, Casting, Maquillaje, Efectos Especiales o en la interpretación de los personajes, en cada uno de los roles hay gente de gran valor, comprometida con la calidad técnica y estética de la serie.
La Villa del Cine está apostando por un producto a la altura del Bicentenario. Nada se ha dejado al azar. Desde la escritura de los guiones, la elección de las locaciones, la realización de los vestuarios y la utilería, la selección de los actores y actrices, la factura técnica del rodaje y la inversión en efectos digitales de primera línea hacen de esta serie un producto de talla internacional. No solamente estoy satisfecho con Carabobo, caminos de libertad, es un trabajo del que me enorgullezco enormemente.
-¿Y de la dirección a cargo de Luis Alberto Lamata? ¿Es la primera vez que trabajan en equipo?
–Luis Alberto Lamata es un autor por quien siento un gran respeto. Es el creador de películas magníficas, como Jericó (1991) o Desnudo con naranjas (1996); maneja con igual destreza el lenguaje de la televisión, es un acucioso historiador, y es, sobre todo, un gran líder. Lamata convoca voluntades y consigue que uno dé lo mejor de sí en beneficio del proyecto, siempre desde la humildad de su carácter. Unirse a un equipo liderado por Lamata es unirse a una familia. Ya había tenido la fortuna de trabajar con él en la escritura de Azú, alma de princesa (2013), película producida por la Villa del Cine.
Hoy puedo decir que ser parte del equipo de guionistas de Carabobo, caminos de libertad ha sido un privilegio por brindarme la ocasión de escribir junto a Nayaurí Jiménez, los hermanos José Antonio y José Luis Varela y el propio Luis Alberto Lamata. La idea original de la serie es de Lamata. Él mismo escribió el primer argumento y la base de todas las subtramas. Luego nos dejó elegir los personajes que cada cual desarrollaría. Nayaurí eligió al Cabo Capote; los hermanos Varela tomaron la trama de Bolívar; a mí me correspondió Negro Primero; y Lamata acometió la escritura de la trama de la batalla en sí misma. Cada semana, ante una enorme pizarra, cada cual exponía los avances de su trama y leía las escenas escritas, fomentando un rico intercambio en el que los nudos dramáticos se iban apretando más. Como guionista, Lamata conoce bien las exigencias del oficio y siempre supo garantizar el tiempo y las condiciones que beneficiaran el proceso de escritura. Así, el guion de cada episodio está compuesto de modo que las historias avanzan en un juego trepidante, un ping-pong entre la narración de la batalla de Carabobo y las vidas de los que allí participaron. Una de las grandes virtudes de esta serie es que no se conforma con los grandes hechos, con la epopeya de mármol y el alto relieve. La serie nos deja ver que detrás de esa gesta heroica está el pueblo, gente como tú y como yo, vidas ordinarias sacudidas por lo extraordinario. Tengo confianza en el resultado de Carabobo, caminos de libertad porque he sido testigo de los esfuerzos por llevar a la pantalla una historia que no dejará a nadie indiferente. Van a encontrarse con un nuevo modo de contar la historia heroica de Venezuela, desde la intimidad de unos personajes con los que cualquiera de nosotros puede identificarse.
Iván Padilla Bravo / Caracas
Fotos: Cortesía de C.T.
Un perfil de frente
Carlos Tabares (Caracas, 1974) es licenciado en Artes por la Universidad Central de Venezuela y realizó el Máster en escritura de guion de la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Como guionista ha participado en numerosas ras para el cine y la televisión, incluyendo los largometrajes Hijos de la sal (2018) y Tango Bar (2021). Es profesor de dramaturgia y guion en la Universidad Audiovisual de Venezuela.