Habitando el tiempo


Habitando el tiempo

El escandaloso e infame
caso de Julián Assange

Clodovaldo Hernández
@clodoher @todasadentro


No ha habido en los últimos años una violación tan flagrante y escandalosa de la libertad de
información como la que se ha cometido, se comete y se cometerá con Julián Assange, perpetrada
por el poder hegemónico mundial (que está en decadencia, pero sigue siendo el gran poder).
La canallada está revestida de toda clase de agravantes y cada día que pasa se pone peor. En
primer lugar la cometen los países que pretenden ser las democracias ejemplares, los paradigmas
del ejercicio libre del periodismo, y cuentan para hacerlo impunemente con la complicidad de los
grandes medios de comunicación, que se muestran críticos de Assange o fingen mantener una
postura objetiva, luego de que en el momento estelar de las revelaciones de WikiLeaks se
pelearon por publicarlas en primicia y pagaron grandes sumas para lograrlo.
Otro aspecto infame del caso es que para aplastar a Assange han utilizado los sistemas judiciales
de varios países: el del propio Estados Unidos, el del Reino Unido y el de la supuestamente
impoluta Suecia.
En su afán de apoderarse físicamente del periodista de investigación no dudaron en violentar el
derecho de asilo, que se ha tenido por sacrosanto desde tiempos muy remotos. Con el aporte de
un cómplice-lacayo, el expresidente ecuatoriano Lenín Moreno, Assange fue sacado por la fuerza
de la embajada en Londres, un episodio particularmente vergonzoso en la muy vergonzosa historia
del traidor a la Revolución Ciudadana.
Ahora, el Reino Unido ha autorizado la extradición de Assange a Estados Unidos, donde será
condenado a prisión perpetua por haber divulgado videos y datos sobre los crímenes de guerra
cometidos en Afganistán, Irak y tantos otros lugares del mundo. Voceros del gobierno del meme
viviente Boris Johnson alegan que están seguros de que será juzgado con independencia y no será
maltratado.
El linchamiento mundial de Assange es una acción ejemplarizante de la mafia global. Es una
advertencia para cualquiera que se atreva a informar de sus acciones y omisiones. Ese es, tal vez,
el aspecto más abominable de esta terrible historia.

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