Hay acontecimientos que marcan a la humanidad. Quedan imborrables y se hacen referencia. Son los impactos de la conciencia colectiva que los convertimos, también, en una fecha. 27 de febrero, por ejemplo.
Es allí donde radica eso que atrapamos en el concepto de Revolución. Cultural, por cierto. Revolución cultural. Así lo sintió nuestro amado Comandante Chávez, quien pensaba con el corazón.
Y es que la Conciencia no es voluntad aprendida de lecciones en la escuela, sino de vida en unidad con el resto de la humanidad, con el planeta, con el universo hecho un todo en el que también cada uno cuenta. La Conciencia es mucho más sentir que entender, es mucho más intuición y corazón que doctorados y mentes cosificadas que atormentan.
El 27 de febrero de 1989 fue el ahora hecho Revolución, ruptura, quiebre de la historia en un momento de verdadera lucidez colectiva. Y Chávez lo sintió tan nítidamente, que esa Revolución de la conciencia la hizo suya y la hizo rebelión y «por ahora», en otro febrero, en día 4 y tres años (1992) después.
Más que en torno a un recuerdo, giramos hoy sobre nuestra vivencia de humanidad. Eso explica esta edición de Todasadentro y el que el 27-f lleve por nombre Revolución.